Al Camino no hay que ir con prisas. Cada uno debe ser consciente de sus limitaciones físicas y adaptarlo a sus necesidades. No es una carrera. No hay nadie tras una línea de llegada, esperándote para desmontar el cartel de ‘Meta’. Da lo mismo si tardas tres días o tres semanas. ¿Acaso hay prisa? Yo no la tengo y, mucho menos, se la daría a ella; por eso modifiqué las típicas etapas para adaptarlas a sus posibilidades. Continuar leyendo «Planificar las etapas»